Personajes

Hay mucho que cambiar. tema escrito por Guilver Salazar

ANÉCDOTAS Y REFLEXIONES DE FIN DE SEMANA

Hay mucho que cambiar.

negligencia-al-manejarHace unos ocho años, la empresa eléctrica colocó un poste del alumbrado público en la parte central del frente de nuestra vivienda, la que en ese tiempo estaba construida  de block y teja.  Pero una mañana, todos nos sobresaltamos al escuchar un estruendo proveniente de la calle.  Cuando salimos para establecer el origen de aquel ruido, nos dimos cuenta que había sido provocado por un camión, al chocar contra el poste de la luz, partiéndolo en dos.  El impacto fue tan grande, que la parte superior del poste se empotró en la casa, dañando la pared y el techo.  La persona que iba al frente del volante, al darse cuenta de la situación, se alejó velozmente del lugar.

Hace dos años, como a eso de las dos de la mañana, volvió a suceder un incidente parecido, pero esta vez fue provocado por un picop, cuyo conductor se encontraba en estado de ebriedad, y al intentar  dar la vuelta frente a nuestra casa, a pesar de que a pocos metros está un cruce de calles, impactó contra la pared a la que le abrió un boquete de unos veinte centímetros de diámetro

Finalmente, hace dos semanas, una señora que conducía un vehículo, utilizado para promocionar pizza, también impactó en la pared frontal de la casa.  Afortunadamente, en esta ocasión no hubo daños materiales.  Únicamente, un tercer sobresalto.

Lo curioso de esto es que ninguno de los conductores ha tenido el valor civil de bajarse del vehículo para establecer los daños, y responsabilizarse por su imprudencia, falta de pericia y desconocimiento del reglamento de tránsito.

Hay muchas cosas que deben cambiar en países como el nuestro, que tiene grandes deficiencias en todas las esferas de la vida cotidiana, pero sin duda alguna, para que todo marche bien, los primeros en cambiar, somos nosotros, los ciudadanos comunes.

En cuestiones relacionadas con la conducción de vehículos, deberíamos todos de acudir a una academia de manejo, hasta obtener un certificado que indique que estamos aptos para colocarnos al frente del volante.  Luego, hacernos los exámenes correspondientes, de la manera normal y legal, para obtener la licencia de conducir.  Finalmente, retomar los valores morales, humanos y cristianos, que tanto hemos dicho que se han perdido, para responsabilizarnos por los errores o accidentes en los que nos veamos involucrados, pues no es justo, honesto ni humano, causar un destrozo o atropellar a una persona, y solucionarlo con salir huyendo.

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