EL CAMPO DE LA AVIACIÓN tema escrito por Guilver Salazar
Durante la administración de Jorge Ubico Castañeda, entre los años 1931 al 44, se abrió en Esquipulas una pista para aterrizaje de aviones, al que todo mundo conocía como Campo de Aviación. Los dueños de los terrenos en donde se ubicaba la pista eran: don Basilio Lemus y doña Josefa Vidal. En este campo aterrizaban aviones bastante grandes, de líneas aéreas de reconocido prestigio, tal el caso de AVIATECA de Guatemala y TACA de Honduras.
A través de estas y otras líneas aéreas, vino a Esquipulas personajes importantes de Guatemala y otros países del mundo, tal el caso de: la Madre Teresa de Calcuta, el Santo Padre Juan Pablo II, Joao Clemente Baena Soares, Secretario General de la OEA, el Dr. Carlyle Guerra de Macedo, Director de la Organización Panamericana de la Salud OPS, Lic. Marco Vinicio Cerezo Arévalo, Presidente de Guatemala, José Napoleón Duarte, Presidente de El Salvador, Ing. José Azcona Hoyo, Presidente de Honduras, Daniel Ortega Saavedra, Presidente de Nicaragua, Dr. Oscar Arias Sánchez, Presidente de Costa Rica, entre muchos otros.
El Campo de Aviación estaba ubicado en el mismo lugar en donde hoy está la pista de aterrizaje del Helipuerto, con la diferencia que solo contaba con una especie de carretera de terracería sobre una extensa llanura.
Los esquipultecos de aquellos años, acudían los días domingos, por la mañana, para ver aterrizar a aquellos enormes aparatos.
Algunos aviones de carga, le pedían a los esquipultecos presentes en el campo, que reunieran cien quetzales como pago para darles un par de vueltas alrededor de nuestra población, siendo todo aquello una verdadera novedad.
Los accidentes aéreos nunca faltan en las pistas de aterrizaje o en sus alrededores, y nuestro Campo de Aviación no fue la excepción. En una oportunidad vino a Esquipulas una avioneta procedente de la ciudad capital de Guatemala, la que por desperfectos mecánicos no alcanzó a llegar a la pista, habiéndose desplomado cuando solo le faltaban unos quinientos metros, aproximadamente, para llegar. La nave cayó en el área en donde hoy está ubicada la Colonia Los Pinos, y en cuyo accidente murieron sus tripulantes. Cabe mencionar que los restos de la nave permanecieron por muchos años en dicho sector, desapareciendo conforme se fue poblando la colonia en mención.
En el Campo de Aviación de Esquipulas sucedieron muchos acontecimientos importantes, así como vivencias y graciosas anécdotas que enriquecen su historial y nos hacen más agradables sus recuerdos.
Allá por el año de 1965, recuerdo que vivió en Esquipulas un señor que se dedicaba a aserrar madera, y que eventualmente se la llevaba a vender a mi padre. A este señor le ocurrió un suceso que marcó su vida, y que se desarrolló precisamente en el Campo de Aviación.
Resulta que Luciano Rivera, que así se llamaba el aserrador de madera, siempre soñó con el día en que la diosa fortuna le diera la oportunidad de hacerse rico. De esa cuenta, siempre le decía a sus amigos que él soñaba, con el día en que vería caer del cielo mucho dinero, lo suficiente para comprar una enorme casa, en donde se dedicaría a descansar sabrosamente, sin tener que preocuparse por estar aserrando palos y tablas todos los días.
A Luciano se le había metido aquella idea entre ceja y ceja, a tal punto que un día se le ocurrió que su sueño, en donde veía caer dinero del cielo, tenía que ver con los aviones. Y empezó a imaginar que una bolsa de dinero caería de uno de esos aparatos enormes, que visitaban Esquipulas los fines de semana. A partir de aquel momento, Luciano madrugaba, junto con un amigo, y se sentaban en un cerco de piedras que delimitaba el Campo de Aviación.
Los días y las semanas pasaban sin que el sueño de Luciano se cumpliera. Sin embargo, una mañana un tanto gris, un enorme avión de TACA, surcó los cielos de Esquipulas con rumbo a la República de Honduras. Feliciano lo seguía con la mirada. De pronto, a pesar de lo nublado, nuestro amigo vio que del avión salió una especie de bolsa, la cual, a velocidad vertiginosa cayó entre los matorrales cercanos al Campo. Luciano y su amigo salieron corriendo velozmente, saltando entre los “chagüitales” y espinos, mientras él gritaba: ̶ ¡Te lo dije! Yo sabía que un día iba a caer pisto del cielo. ¡Soy rico, soy rico! Finalmente, ambos amigos llegaron al lugar en donde, efectivamente, había una especie de bolsa que contenía “no sé qué”. Luciano la recogió, y empezó a deshacer el nudo. Cuando finalmente la abrió, para su mala fortuna se topó con la desagradable sorpresa de que la bolsa contenía excremento humano. El amigo de Luciano comenzó a reír, a más no poder, y regresando presuroso al pueblo, empezó a contarle a medio mundo, lo que le había sucedido al pobre hombre. Y desde aquel día, al aserrador de madera se le conoció con el tosco nombre de “Chano Caca”.
Sinceramente, no me gusta usar términos como el anterior, pero como esta es una historia real, y siendo que todo mundo lo llamaba por este grosero nombre, no me queda más remedio que usarlo para dejar constancia de esa realidad.
A partir de 1986, con motivo de la visita de los Presidentes de Centroamérica a nuestra bella Esquipulas, se llevaron a cabo algunas obras de infraestructura, dentro de las cuales está la reconstrucción del Helipuerto, habiéndole aplicado una nueva capa de asfalto y piedrín, y dotándolo de un área para protocolo y una caseta. Estos trabajos fueron hechos por Aeronáutica Civil de Guatemala. Por cierto, en la actualidad, esta pista permanece abandonada, siendo utilizada únicamente por quienes gustas practicar el deporte del atletismo.