LA QUINTA COLUMNA tema escrito por Guilver Salazar.
La quinta columna es un término que se utiliza para identificar a un sector de la población, generalmente minoritario, que mantiene lealtad hacia el bando enemigo, durante el desarrollo de un conflicto bélico, por motivos religiosos, económicos, étnicos o ideológicos, y que está dispuesto a colaborar en distintas formas con el adversario. Sucedió, pues, que dos años antes de la primera guerra mundial, allá por el año de 1912, llegaron a diferentes lugares de nuestro país, grupos de personas provenientes de distintos países europeos y de otras regiones del globo, quedándose a vivir por un tiempo, o de manera definitiva, entre nosotros.Este acontecimiento también se vivió acá en Esquipulas, durante aquellos años, cuando nuestro pueblo era todavía muy pequeño, y las principales familias vivían alrededor del parque central y de la iglesia parroquial, y sobre la calle real, hasta la altura del puente grande. Hay que hacer notar, que las primeras familias esquipultecas, que habitaron el centro histórico, eran bastante solventes, en cuanto a recursos económicos. O como se decía en aquella época: “eran familias pudientes”.Pues bien, dentro de estas familias adineradas estaba la de don Estanislao Sánchez y doña Alberta Ramírez Moreno, quienes vivían en la esquina de enfrente, de donde actualmente vive don Rodrigo Ruiz. En dicho lugar funcionaba una panadería, un comedor y una carnicería, que eran visitados por la mayoría de vecinos de Esquipulas. A ese lugar también acudía el grupo de extranjeros que recién habían llegado a nuestro pueblo, entre los que se encontraba: Andrés Kamaroski y Juan Narch, provenientes de Rusia, Luis Acott que era de origen Suizo y que vivió en el Chalet ubicado frente a la Casa de la Cultura, el turco Timoteo Gómez que vivió en donde hoy está la casa de las Hermanas del Verbo Encarnado, el turco Chaín que vivió en donde hoy se ubica la iglesia de los Testigos de Jehová, el italiano Domingo Pecoreli, y don Remigio Zelada de origen Filipino.Todos estos extranjeros tenían algo en común: dominaban bastante el español y sabían hacerlo casi todo. Ellos eran: carpinteros, zapateros, sastres y hojalateros, para mencionar solo unos ejemplos. Otros se dedicaban a comprar piezas de oro: anillos, aretes, pulseras, monedas, etc., con la finalidad de fundirlas en forma de lingotes, y enviarlas al extranjero. Quizá por esta situación particular, la gente dedujo, posteriormente, que este grupo de forasteros formaba parte de una quinta columna, durante la primera guerra mundial.Es importante también hacer notar, que parte de estos inmigrantes se radicó en el área rural de Esquipulas, como el caso de unos cubanos que llegaron al Zarzal y enseñaron a los moradores el cultivo y la manera de procesar el tabaco, dentro de los que se menciona a un señor de apellido Rivera, y que dio origen a todos los Rivera que habitan en aquella comunidad. Hay personas que también aseguran que los Sagastume, de Olopita, son de origen español. Acá en Esquipulas, los abuelos de don Rodrigo Ruiz, eran de origen italiano, y sus nombres eran Francisco Ortiz y Margarita Saget. Asimismo, la abuela de doña Betty Rosas de Rodríguez, propietaria de Pastelería Las Delicias, era italiana, y su nombre fue: María Ortiz Saget. Y el padre de doña Concepción Flores se llamaba Remigio Zelada, de origen filipino, aunque siempre se hizo llamar Hermenegildo Flores.Vale la pena aclarar, que la mayoría de éstos extranjeros se cambiaron nombres y apellidos, quizá con la finalidad de convivir entre nosotros sin llamar demasiado la atención.No hay duda, que se han quedado al margen de esta lista, muchos esquipultecos cuyos abuelos o bisabuelos son de origen extranjero.Pensando en esto último, sería bueno que elaboráramos nuestro árbol genealógico para establecer cuál es nuestro origen. A lo mejor, nuestros ancestros también formaron parte de este grupo denominado: la quinta columna. ¡Hagámoslo! Nada se pierde con investigar.